Tallinn, un poco Dubrovnik en el Baltico pero sin tantas chicas guapas. Tallinn, una ciudad bonita en la que no hay nada que hacer, con un casco antiguo lleno de casas medievales y de japoneses con Nikons y de espanoles gritones de vacaciones de Semana Santa.
Perdido en Tallinn, aburrido en Tallinn, con el corazon en Helsinki y la cabeza en Asia; Asia a un lado, Finlandia al otro, y al frente una calle llena de sacacuartos con trajes de juglar y me da igual girar a la izquierda o a la derecha.