Archivo de la etiqueta: everest

El Reino Prohibido

Caminamos desde Jiri hasta el campamento base del Everest, casi el techo del mundo, la penúltima planta, a través de valles y montañas y dhal bhats e innumerables cagadas de burro y yak y noches frías y mal de altura; pero desde el campamento base no se ve el Everest, el muro del Lhotse esta en medio, y a la mañana siguiente madrugamos y finalmente plantamos el culo a 5.643 metros de altura en la cima del Kala Patthar justo a tiempo de ver el amanecer, escuchar You Can’t Always Get What You Want y fumar medio cigarrillo antes de que el 49% de oxigeno en el aire nos hiciera lanzar el resto a la inmensidad.

«Esta mitad es para ti, Sagarmatha».

Regreso a Kathmandú

De las montañas Sin Tiempo, donde las chicas salvajes bailaron alrededor del fuego y extrañas figuras de colores con rayos púrpura en la frente vagaron entre los árboles, donde las bestias colaron ron en el templo y tú gritaste mi nombre desde la puerta y el sueño finalmente colapsó, huí hacia el norte y hacia el fin del mundo y la Gran Roca Oscura gruñó: Vete. Da la vuelta antes de que sea tarde, antes de que los dioses te encuentren. Tras semanas de combate con el Himalaya, la amenaza de La Montaña se cobró su precio y me hizo añorar duchas calientes y sábanas acogedoras con calefacción orgánica y calles humanas en vez de valles de gigantes.

Así que volví a la civilización, con esperanzas de noches alegres y amor valiente, y me topé con contaminados paisajes de avaricia en una ciudad que olía a puta, llena de oportunistas serviles y Sir esto y Sir something? y nada puro que quedara por corromper.

Seguir leyendo Regreso a Kathmandú

La ruleta rusa sherpa

El Everest es la pieza  central de la industria turística nepalí, que mueve más de 300 millones de euros al año. En 2013 fue escalado por 450 personas, más del doble que en 1990. Durante décadas escaladores de todo el mundo han contratado sherpas, un grupo étnico del Himalaya nepalí, para ayudarles a alcanzar la brutal cima del mundo. Y durante décadas los sherpa han tentado al destino y a los innumerables peligros de la altitud extrema para lograr los objetivos de sus clientes y dar de comer a sus familias. Pero las cosas están cambiando en el valle del Khumbu.

A las 6:45 AM del 18 de mayo de 2014, un serac de catorce mil toneladas de peso se desprendió de un saliente de hielo en la cara oeste del Everest, 500 metros por encima de la Cascada de Hielo. Un grupo de veinticinco guías nepalíes que fijaba cuerdas y preparaba la ruta para clientes occidentales fue enterrado por la consecuente avalancha. Dieciséis murieron y nueve fueron heridos de gravedad en el mayor desastre de la historia de la montaña. Tres cadáveres aún descansan bajo ochenta metros de hielo y nieve en la parte alta de la Cascada, y probablemente no sean recuperados nunca.

Seguir leyendo La ruleta rusa sherpa

El Trono de los Dioses

El punto más alto del planeta fue durante siglos un lugar inalcanzable reservado a los inmortales. Deva Dhunga, lo llamaban los lugareños, el trono de los dioses. A principios del siglo XX un grupo de locos se empeñó en conquistarlo, pero pasarían cincuenta años más antes de que dos hombres pisaran la cima. Otros montañeros les sigueron e, inevitablemente, con el paso del tiempo la montaña sagrada de los sherpa fue comercializada por quienes habían jurado protegerla. Hoy cualquiera con suficiente cartera puede intentar la cima. Pero, a pesar de las instalaciones y de las mejoras en seguridad, el Trono de los Dioses se sigue cobrando su precio.
Hay hombres para quienes lo inalcanzable tiene una atracción especial. No suelen ser expertos: su fe y determinación son suficientes para despejar las dudas que otros más precavidos podrían tener. En el mejor de los casos se les considera excéntricos; en el peor, locos.

 WALT UNSWORTH, Everest. 

Los particulares del evento están oscurecidos por el mito. Pero el año era 1852, y el escenario las oficinas de Estudios Trigonométricos Indios en la ciudad norteña de Dehradun. Según la versión más probable, un empleado irrumpió en la cámara del supervisor general Sir Andrew Wagh y exclamó que un técnico bengalí llamado Radhanath Sikhdar había «descubierto la montaña más alta del mundo». Designado como Pico XV durante mediciones sobre el terreno en el Reino Prohibido de Nepal, nadie había sospechado que aquel monolito de roca oscura tuviera nada de especial. Hasta que Sikhdar hizo números y proclamó que el Pico XV se alzaba a 8.839 metros sobre el nivel del mar.

Seguir leyendo El Trono de los Dioses